Cuánta más belleza, más fuera del tiempo y de la pena, más inmortales.

08 diciembre 2012

Cartas de Gropius



Me encantó que a ti también te gustaran los pobres y maravillosos gorriones, que no hacen mal a nadie y aparentan no ver las villanías; ocultándolas con las graciosas y ligeras criaturas que son, contrapunto a tanta animalidad andante que vulgaridad sin pausa. No hay mas que verlos dar sus maravillosos e infantiles brincos, y el pequeño trino de que son capaces, para comprender que tampoco son de este mundo, sino del bueno que ha de haber en alguna parte por discernir; quizá acercado sólo con verles el plumaje y la inoperatividad latente de su extraña alegría, capaz de convertir la sombra de tristeza más profunda en la paradoja de una alegre melancolía. Ya sabemos quién los ha diseñado para ser tan completos, y cómo sus saltitos, en la dura costra de la tierra, insuflan la infancia en el corazón, en poderosa mezcla de pena con la alegría... de expolsiva belleza que oculta lo sencillo para ocupar su hueco sin estridencias.

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