Cuánta más belleza, más fuera del tiempo y de la pena, más inmortales.

21 abril 2013

No escuchan


Estamos completamente aborregados, aquí nunca pasa nada, y cuando pasa, alguien se permite hacer una abstrusa comparación con el “nazismo” y quedarse más a gusto que un percebe, cual presidente de gobierno al que la única destreza que se le conoce consiste en aguantar agarrado a la roca con sus mentiras a ultranza, y no soltarse pase lo que pase.
Por mi trabajo, –por desgracia- estoy cerca de algunos mequetrefes, perdón no sé en qué estaría pensando, quería decir políticos de turno. En lo que les observo de cerca y constato, sólo puedo decir en su descargo que viven otra realidad, la suya, una realidad paralela, es decir, que no se enteran ni lo pretenden. De cómo administran, mejor no hablar. Desde su pequeña atalaya de poder se sienten importantes y algo peor; son infalibles; pequeños reyezuelos (por no decir tiranos) omniscientes que tratan a funcionarios y ciudadanos como si fuésemos sus súbditos. Jamás piensan que al día siguiente de dejar sus cargos pasarán de ser alguien a no ser nada. La jodida nada.
Los políticos no pueden pretender que hacer lo que están haciendo no tenga consecuencias. En medio del desastre más absoluto, el escrache, como escenificación la tragedia colectiva y el drama personal; el hacerse escuchar por quienes no se han enterado que están donde están para servir a sociedad no para andar por ahí buscando satisfacciones propias y arrastrando a los demás en su consecución, no deja de ser algo casi anecdótico en relación con la corrupción generalizada o con la situación laboral del país. Los políticos menos que nadie pueden intentar hacer de este tema lo indignante… ¡Lo indignante es lo que lo provoca, que haya seis millones de parados!
Se está desmantelando la Sanidad, pero eso no es lo que importa, lo que importa es que les peguen tres gritos a unos políticos. He visto a un cardiólogo que trató a mi padre tirando huevos a la casa de un político; eso demuestra que no son tres perroflautas los que van a quejarse.
 
Los políticos no quieren abandonar sus privilegios, por eso no escuchan. Es como el viejo chiste:
¿Usted se acostaría conmigo por cien millones de euros?
-Por supuesto, responde la señora.
-¿Y por diez euros?
-¿Qué se cree, que soy una prostituta?
- Eso ha quedado claro, ahora sólo estamos negociando el precio.

07 abril 2013

Bird


“En primera instancia somos un desatino, y en última instancia un disparate. No sé quién se habrá ocupado de crearnos, tan indefensos, tan soberbios, tan inauditos, tan curiosos… Sin embargo y con embargo, somos un misterio que está siempre al borde del abismo… Somos un disparate porque asi y todo buceamos en la fe, buscamos el cielo cuando la lluvia lo desaparece y abrimos los brazos cuando las catástrofes nos cercan.
Somos un disparate porque elegimos el crepúsculo desde la terraza y nos metemos en la noche sin ninguna exigencia.
Aquí y allá enfrentamos paradojas, inventamos palabras de locura, paréntesis de ansiedad.
Y así andamos, descalzos por las piedras, sin que el alrededor nos haga mella.
Y mientras tanto, el mundo mudo nos contempla y el corazón nos sigue.
¡Que disparate!” (Mario Benedetti)
 
 
 
 
Me he vuelto a poner la gabardina (no la de la vida, que eso siempre me ha sido imposible). Salir a la calle, aunque haya poca gente, y mejor ninguna, ya es una aventura a la que hay que abrir los ojos por lo que pueda pasar, por ejemplo que se te eche el cielo encima. Un cielo que se ha llenado de nubes negras. Un cielo sin pájaros. Los gorriones son maravillosos, y seres mucho más educados y exquisitos que la mayoría de la gente que conozco.
He visto “Bird” la película que hizo Clint Eastwood sobre Charlie Parker ¡Es fantástica! Cuando el forense vio el cadáver de Parker se creía que se trataba de un hombre de unos sesenta años, cuando en realidad tenía 34… Me emociona la anécdota de que el día después de morir Charlie Parker, Nueva York amaneció con un montón de pintadas en diferentes lugares que decían “Bird lives!”. Sí, el Pájaro vive.