Cuánta más belleza, más fuera del tiempo y de la pena, más inmortales.

01 octubre 2019

Laissez passer



Tallin (Estonia)






Riga (Letonia)




Vilnius (Lituania)




Franfurt


Colonia















El día de mi cumpleaños, en Estambul, pensé que este blog había llegado a su fin. Pero no era el fruto de una decisión o de un acto volitivo sino de un pensamiento más simple y trivial como es el dejar pasar las cosas (y con ellas el blog). “Laissez faire, laissez passer (me encantaba esa vieja expresión cuando era estudiante): Dejar que la vida siga su curso para que las cosas pasen.

Puede que las cosas no pasen pero el tiempo sí, y no puedes darle la espalda, a lo sumo ponerte de perfil y de puntilla y ver qué pasa. Eso es: ver qué pasa. Acaso el tiempo es el embrujo entreverado de sí mismo y haciendo acopio de propias e inauditas ilusiones querrías detenerlo (al menos unos instantes) capturando en tus retinas improntas perdidas en el infinitas posibilidades de espacio y tiempo. De este pensamiento nace mi pasión por viajar y fiel a ella sigo tan viajera como siempre. 

Recientemente he caminado por el reino de los antiguos Caballeros Teutónicos, donde la historia escrita figura con mayúsculas, he paseado por la elegante Riga y la señorial Tallin, y he admirado la sideral Catedral de Colonia, tan cerca de las estrellas y epítome de las descomunales proezas del Arte.

Así qué fácil es dejar que la vida siga su curso para que las cosas pasen.
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