Cuánta más belleza, más fuera del tiempo y de la pena, más inmortales.

12 mayo 2018

Series


Decía Oscar Wilde que '”el amor propio es el inicio de un cariño que dura toda la vida”. No sé si el aforismo es también aplicable al amor por las series de televisión, y si puede durar toda la vida. Desde hace tiempo y hasta hoy soy seriéfila, disfruto viendo series, siempre que sean buenas, y he visto tantas que, por fuerza, muchas se han debido borrar del disco duro de mi memoria y otras son recuerdos difusos como nebulosas, para que sólo permanezcan las buenas, las que merecen ser recordadas. A la hora de analizar por qué me aficioné a las series sé que tuvo mucho que ver un hecho fundamental: encontrar en mi camino a “Los Soprano”, su tremenda superioridad la convirtieron en mi serie favorita de todos los tiempos. Luego llegaría la serie de Larry David ¡cuánto echo de menos su humor ácido y surrealista! Me divertía tanto que, puede sonar exagerado, pero la vi en un momento de naufragio en mi vida y me ayudó a salir a flote, a recuperar mi sentido del humor y las ganas de reír. 

Los Soprano, Senfied y Larry David son las más grandes series, a mi parecer. Después están todas las demás. Algunas no las puede terminar (en este momento recuerdo Vikingos, Grace and Frankie, Los Borgia...), otras las visioné hasta el final aunque me resultaran prescindibles (sigo recordando: Perdidos, Ozark, Bloodline, Boston Legal, Orange is the new black, Ray Donovan, This is us, Supervivientes, The Sinners, Los Tudor, Episodes, The Good Fight, Sucesor Designado…), algunas me entretuvieron (Nurse Jackie, The Lefovers, Better called Saul, Fargo, El Abogado, Big Little Líes, Les Revenants –que me dio mucho miedo-, Roma, Juego de Tronos, The good wife, Narcos, Borgen, Downtown Abby, Boardwalk Empire...), podría recordar algunas más que me entusiasmaron: True Detective, Urgencias , Breakin Bad, Mad Men, House of Cards, Bron (el Puente), Homeland, Fraser, Rectify, …, hasta llegar a Trasparent, mi serie de culto, con el inefable y grotesco protagonista: Jeffry Tambor, no puedo perdonarle que se dedicase a acosar a señoras en Wollywood, no volverá a trabajar en mucho tiempo, acaso nunca, no habrán nuevas temporadas supongo, pues el eje de la serie es él y su y asombroso y transversal personaje, aunque he de reconocer que casi todos los miembros de su familia judía me resultaban igualmente hipnóticos. Recientemente he disfrutado con “Homeland”, ‘Manhunt: Unabomber’. Comencé a ver “Gomorra”, la abandoné a los pocos capítulos, me parecía un ladrillo, pero las críticas eran tan buenas que lo volví a intentar y esta vez sí, pasados los primeros capítulos, me enganché. No la he disfrutado porque está infectada de violencia pero es una buena serie, no parece italiana, jeje. Hay series de éxito que odio cordialmente. Odio (y he vetado) algunas tan aclamadas como: Friends, Modern Family, Sexo en Nueva York y hacer esta revelación, sin más filtros, sobre todo en lo que respecta a Friends es cometer un sacrilegio. ¡Qué voy a hacer si sólo me gustan las series que me puedo creer, aunque sean tan irreales como Juego de Tronos!
En fin, me estoy dispersando, en realidad quería hablar de la serie Larry David (en inglés “Curb your Enthusiams”), lo que me resulta imposible sin hablar de la otra gran serie: Senfield. ¿Qué relación tienen estas series entre sí? Mucha. Para empezar, Larry David (cómico, actor, director, prologuista y genio) es el creador y guionista de Senfield, con ella se hizo famoso y multimillonario ¿Quién no ha visto algún capítulo de Senfield? El humor de Larry David ya estaba en Selfield, Larry David es una serie a partir de Senfield, mismo humor; si ves Senfield ves el mismo tipo de humor que en Larry... Senfield para mí es una obra de arte, y recomiendo verla entera por dos motivos: por sus conexiones asombrosas, a lo mejor una cosa que es una chorrada que salió en la primera temporada, después aparece en otra temporada y ves que está todo maravillosamente hilado y al final todo adquiere una globalidad que la hace increíble Y en primer lugar porque en sus tres primeras temporadas es una serie entretenida, pero tampoco es nada del otro mundo, pero a partir de la cuarta temporada (tiene nueve) cada episodio es un acontecimiento, una pieza maestra. 

Volviendo a Larry David, esa hilaridad, esa forma de reír por dentro, de regocijarte por fuera, no la he tenido ni siquiera con Woody Allen. ¿Cuál es el misterio? Creo que es su egoísmo (infantil), su absurdo, su antisentimentalismo. Larry es el antisentimentalismo, te ríes cuando ves que la encantadora y maravillosa mujer de Larry David se separa de él y a Larry le importa tres pitos, y te ríes viendo la escena causante de que su mujer le deje: ella va en un avión y, creyendo que va a estrellarse por culpa una fuerte tormenta eléctrica, trata de hablar con Larry por teléfono para despedirse de él, pero a éste lo que le preocupa es que en ese momento ha llegado a su casa un operario a ponerle la televisión por cable y le dice tranquilamente a su mujer que le tiene que colgar. Contado así no tiene ninguna gracia pero Larry hace que la tenga y que sus manías y despropósitos resulten verdaderamente divertidos. ¿Por qué? Porque el maniático, intransigente e insoportable Larry es una persona sin filtros. Sólo él es capaz de renunciar a una maravillosa noche de sexo por culpa de la huella que ha dejado un vaso en una mesa, y si un amigo lo invita a la fiesta de cumpleaños de su hijo, Larry le dirá que no irá porque la fiesta le parece una gilipollez. Tú, a lo mejor, en tu vida diaria irías a la fiesta o le pondrías una excusa a tu amigo, pero Larry dice lo que en un momento dado pensamos todos. Porque Larry es como todos somos en el fondo pero como no nos atrevemos a mostrar. Todos tenemos una parte de Larry sólo que él lo muestra con total despreocupación. 

Cuando estuve en Los Ángeles pensaba que me lo iba a encontrar por allí de paseo, o dándose de bastonazos con alguien. Llegas a creer que es un personaje real, y es tan genial que se inventó a sí mismo. Me parecía imposible que muchas de las series que había visto y me había creído se fabricasen allí. Dicen que en Hollywood sólo hay dos actividades: tumbarse en la arena a contemplar las estrellas o tumbarse en las estrellas a contemplar la arena. Queda claro que también puedes contemplar las estrellas tumbada en el sofá de tu casa, y nunca estarás más cerca de Hollywood. De paso, puedes ir pensando cuál será la próxima serie que vas a ver (posiblemente El cuento de la criada), pues las series al igual que en la vida conviene elegir bien.