A ti
Hay vidas que transcurren lejos del ruido, sin épica ni aplausos. Son esas vidas que el tiempo no celebra, pero talla. Porque el tiempo -ese artesano sin prisa- no construye con gestos grandiosos sino con el peso lento de los días, con el roce suave de lo que insiste. Así, como una piedra al borde del mar, hay almas que se modelan sin que nadie lo note: no por lo que logran sino por lo que resisten sin quebrarse. Y a veces, cuando menos se espera, en medio de ese desgaste sin espectáculo, se abre una rendija. Y por esa rendija se cuela algo que no se puede forzar: una ternura que no pidió permiso, una forma de belleza que no necesita testigos, una dignidad tan callada que solo el tiempo -precisamente él- puede reconocer.
1 comentario:
El ayer y el hoy
aferrado a la impronta del existir
inercia de compromisos contraídos
de semillas por germinar
jardines por abonar
ilusiones por construir
con amor infinito y eterno
de la mirada de esa mujer que fuiste y eres…
el ayer y el hoy
hallazgo de sorbos halagadores
de gravedad y levedad
encuentros inesperados
de la luna como testigo
pasos furtivos que dejan huella
y sombras alargadas en nuestro devenir
de la mirada de esa mujer que sigues siendo…
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