En el rellano de la escalinata que conduce a mi trabajo, llevaba viendo varios días a un
mendigo extranjero con pinta de Bob Dylan octogenario, acompañado de un
precioso perro. Era para hacerle la ola. Al perro. El mendigo debía ser
consciente de lo magnífico que era el animal porque se notaba que lo cuidaba
bien. Probablemente ese perro sería una de las mejores cosas que le habían
pasado en la vida. Lo bonito es que esos animales pueden dormir al raso, estar
desnutridos, pasar hambre y frío, pero son fieles, siempre dan todo lo que
tienen, sea su dueño un presidente de un país, un rey o el mendigo de la
esquina. Da igual, su amor es incondicional, y me provocan mucha ternura.
El perro del Bob Dylan era majestuoso,
me faltó hacerle una reverencia a tanta nobleza. Su dignidad ennoblecía al
mendigo que, probablemente, era más persona gracias al perro. Yo pasaba por
delante de ellos en silencio, y miraba al perro sin decir palabra. El mendigo
no pedía dinero, simplemente quería dormir allí, y aunque el perro estaba
lustroso y nada famélico, le pedí al portero del museo (que había hecho cierta amistad con el mendigo) que me tuviese informada y se encargara de que no les faltase nada. Esta mañana ya no estaban, su
marcha me ha producido cierta melancolía, lo confieso. ¿Qué me llamaba tanto la
atención? Era simplemente la mirada del perro. Mi hermana, después
de mucho pensar y buscar, ha conseguido tener un perro insoportable e hipernervioso, y
mi vecino igual; tiene otro perro también insoportable e hiperactivo, cuándo los veo por la calle siempre me pregunto quién pasea a quién, el perro (de raza) labrador tira con tanta fuerza del dueño que lo lleva en volandas. En cambio
los mendigos no sé cómo lo hacen pero tienen los mejores perros, los más tranquilos,
los más sensatos, los más pacíficos, porque los perros son como las personas. Yo
creo que los perros de los mendigos son una raza; la misma raza en cualquier lugar
del mundo, se llama: raza perro de mendigo. Una de las mejores criaturas que
pueden existir en la faz de la tierra.
Montreal 4-9-2015
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