Sentías emoción por
cosas que desconocías y que tal vez ni siquiera habías imaginado, supongo que
casi el mismo estupor que sentirías ahora si dejasen de ocurrir algunas de esas
cosas repetitivas que tan a menudo te suceden y todo empezase de nuevo(…) Ni
imaginabas siquiera que la suerte de vivir llevaría aparejado sin remedio el
riesgo de envejecer. Siempre estaba a mano la analgésica belleza de lo nuevo… (José Luis Alvite)
Soñar tanto me enseñó que sólo los sueños pueden poner en la
mesa emocional todas las sensaciones que el ser humano ansía, por encima de los
prejuicios. En nuestra vigilia racional hay pocas cosas que valen la pena
considerar inolvidables. Últimamente sueño en azul. Hoy he soñado que caminaba
entre nubes bajas por una campiña azul; un campo suave, con encinas, pocas
subidas y olor a jaras. En realidad, cada vez más creo que estamos inmersos en
los sueños: que despertamos de uno y suponemos que volvemos a la realidad
permanente para caer simplemente en otro; que nos sueñan y ni siquiera podemos
hacer nada para copar algún grado de propio protagonismo: por eso sería tan
importante averiguar quién nos sueña. A mí me gustaría que me soñaras tú,
porque sería una garantía no sólo muy placentera sin el perfecto aval de que
nada malo me iba a pasar. Por mi parte, me ofrezco para soñarte, si tú quieres
y me lo permites...
1 comentario:
Las puertas de mi refugio onírico siempre se han mantenido abiertas para los azules, procurando dejar rendijas por donde imaginación y sueño se adulteren entre esbozos y formas. Por tanto, aceptaría con gusto esa invitación, para soñar y ser soñado…
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