Cuánta más belleza, más fuera del tiempo y de la pena, más inmortales.

25 marzo 2016

¿Qué pasa con Hopper?




Al pintor de los zapatos azules




El viejo debate —un delicioso enigma sin resolver— que expresaban Kandinsky y Stella acerca de lo visible e invisible en el arte: de una parte aquella feliz idea que Kandinsky anunciaba al referirse al sentido de su pintura, "expresar lo invisible en términos de lo visible"; y de otra la eficaz fórmula de Frank Stella en la que plantea que el arte es un ejercicio formal en "donde se ve lo que se ve"…

Hopper decía: “la respuesta está en el lienzo”

Lo que pasa con Hopper es que él ve lo que uno siente y se anega en ti.  Ve prodigiosamente esos momentos tan intensos e iluminados de la soledad de todos los tiempos y personas. Se puede pintar a una persona que está sola y no transmitir soledad, pero él logra pintar gente solitaria, sabes que es gente solitaria, más una forma de sentirse que estar o no acompañado. Poco importa dónde están. Menos aún a quienes son. La intimidad de su soledad, paradójicamente, provoca sentimientos de unión, de cercanía, de conexión.

Su pintura ejerce una seducción pasiva que no acaba de ocultarse. Ves la incomunicación, aquella que nace cuando el barniz de las relaciones humanas se destiñe y cae al suelo a las primeras o últimas de cambio; el desfonde del trato humano y sus miserias, cuando las dobles y hasta triples caras de algunos se demuestran en toda su gloria, aquello que lleva al repliegue cada vez más contumaz de uno misma… innecesarios silencios, traiciones y desencanto.


¿Quién no sintió alguna vez que estaba esperando un tren en una estación desierta? Un espectáculo de libertad y de posibilidad, y nadie como Hopper para captar esos instantes de tránsito, esa sombría sensación, tan maravillosa.



1 comentario:

Luilly dijo...

¡El ingenioso Hooper! Pocas palabras se pueden añadir a esta brillante descripción de su obra. El ambiente que recrea Hooper con sus colores planos y fríos nos trasladan a atmósferas de soledad, traspasando sus tenas a instantes en primera persona, haciendo que nos ensimismemos con nuestras propias vivencias mientras empatizamos con los personajes de sus cuadros.