Cuánta más belleza, más fuera del tiempo y de la pena, más inmortales.

03 enero 2013

¡Puto polvo!


A pesar de no habernos visto nunca, ni haber intimado, nos conocíamos muy bien. Ese pequeño detalle era imprescindible para aceptar con naturalidad que hubiésemos llegado a ser capaces de hacer aquello: Casarnos por poderes. Nuestro matrimonio era el fruto de una relación virtual, siempre en la distancia. Esa mañana, su llegada sorpresiva e inminente, sin más ceremonial, iba a convertir nuestro primer encuentro en el comienzo de una vida juntos. Ya no le daría la espalda a otro día ni me metería en la cama otra noche sin él.

Me afanaba en acondicionar la antigua casa familiar de veraneo, en La Ribera, para que fuese nuestro hogar, como si el futuro tan sólo dependiese de aquello, pero cuanto más me esforzaba tratando de darle un aspecto acogedor más se me resistía. Obsesionada, abría las puertas en vano para volver a cerrarlas de inmediato; todas las habitaciones estaban sucias, desordenadas, llenas de polvo y de cachivaches... ¡Esto puede ser causa de divorcio! ¡Y Él es un maniático del orden! me decía impotente y apesadumbrada. De repente apareció a mi lado, guapísimo, con un aura de irrealidad casi fantasmal, aunque un poco descolorido (difuminado entre el blanco y negro y el sepia) pero más joven que nunca. Yo, en cambio, ofuscada en el arreglo de la casa (y para mi mortificación) me había olvidado de mí misma y estaba impresentable, desaliñada, completamente opaca y ajada. Pero él apenas reparó en mí y sin pronunciar palabra comenzó a supervisar la vivienda. Emocionada ante su presencia, esperaba ansiosa que dijese cualquier cosa, algo, lo que fuese.

-´"Puto polvo”, dijo al fin tras largo silencio, haciendo un obsceno y gracioso ademán con el dedo índice para mostrarme las partículas de polvo que acababan de adherirse a él tras deslizarlo por el respaldo de una silla. Había pasado por alto mi deplorable aspecto, mi indumentaria, mi desaliño… ¿Superficial, despistado, condescendiente, enamoradoooo…? Calibré las diferentes posibilidades y aún cabía la mejor: Que no se marchase…. ¿Seríamos felices? No lo sé, justo ahí finalizó el sueño. Entre divertida y estupefacta, lo he recordado nada más despertarme. No tanto por tratarse de la primera vez en mi vida que sueño con mi boda (vive Dios que a boda extravagante no me gana nadie), sino por quien resultó ser mi marido: ¡My Darling, el Lobezno!

En el siguiente sueño me estaba mirando al espejo. Acabada de descubrir que mi dentadura guardaba un asombroso parecido con la de Esteve Bucesmi, el protagonista de la serie "Boardwalk Empire". Como todo es susceptible de empeorar, pronto comencé a notar que mis piezas dentales se iban aflojando; primero las muelas, acto seguido los dientes, hasta desprenderse de las encías, sin que pudiese hacer nada para evitarlo más que escupirlas y conservarlas sobre la palma de mis manos. Dientes y muelas con formas extrañas y tamaño infantil. Alguien que se hacía pasar por dentista me comunicó que no me las podrían reimplantar pero, con suerte, me fabricarían con ellas una dentadura postiza. ¡Basta ya de pesadillaaaaaaaaaal! Justo ahí me desperté. Por si acaso, comencé a hacer un movimiento reflejo de masticación y repasé con la lengua cada molar… ¡Uffffffffffffff qué bien! Los conservo todos. Mis dientes siguen en su sitio. ¡Y son bonitos, joder!

Hacía tiempo que no recordaba lo soñado con tanta nitidez
…Será mejor no buscar interpretaciones, los sueños no son metáforas; no creo en ellos ni considero que deban ser abordados desde una perspectiva racional
…Será porque nunca les falta ni les sobra nada
…Será que jamás dejará de obsesionarme el paso del tiempo
…Será porque me fascina la serie Boardwalk Empire y amo a su protagonista (aunque el personaje de Tony Soprano siempre será insuperable)
...Será que "Boardwalk Empire" no es una de esas series pretenciosas y pedantes como ¡Mad men! (majestuoso envoltorio, preciosa ambientación pero con poca chica) … Será.