Cuánta más belleza, más fuera del tiempo y de la pena, más inmortales.

18 marzo 2013

TARDES CON MI MADRE





El balcón da a la plaza, la vista que ofrece es alegre. Cae la tarde. Sólo se escucha el rumor de la lluvia y el sonido del papel cuando pasas las hojas del periódico. Contigo, agazapada entre las rocas, me siento bien, mamá… Cuando has visto el océano en toda su extensión y sabes que lo único que te unirá a él es el rumor de las olas ya no quieres ser feliz, solo quieres encontrar paz, y aquí, en tu pequeña isla, la sensación es tan fuerte que durante unas horas puedo salir del mar agitado de la vida y regresar a la calma del útero materno, donde nada importa y nada duele. 
Me hicieron daño y yo no hice nada, me porté bien, mamá.
Tus ojos claros, intensamente azules, se ensombrecen con una nube de añoranza por tu compañero perdido cuando miras de soslayo su sillón vacío. Es difícil no hablar de papá ahora que ha pasado un poco de tiempo y los recuerdos reconfortan más que duelen. Cuánto le costó marchar; había tenido una vida muy hermosa a tu lado. Murió la soleada mañana de Navidad del día del fin del mundo, según los mayas, todo un guiño a su sentido del humor. Siempre decía que cuando no hay elección y no queda más remedio, mejor hacer las cosas con una sonrisa. Volveré el próximo domingo, a saciarme de tu presencia al cobijo de una tarde pausada y a flotar a favor de corriente acurrucada en el sillón frente a ti, mamá.  

5 comentarios:

Abel Granda dijo...

¡Pero qué hermoso querida!, casi puedo imaginarme la sensación que describe de una tarde desapacible ahí fuera; el roce de las páginas amables del periódico y el trajín de fondo de Mamá.
Recuerdo en mi infancia, ¡cómo me tranquilizaba oír los pasos de la mía en su jornada interminable!, era como un susurro que me decía: "todo está en orden, duerme tranquilo"
Luego como joven con responsabilidades de adulto, me acunaba el sonido de ella que miraba la tele; como la gente de antes miraba el fuego y pensaba en sus cosas.
A partir de ahora, los Domingos (así en mayúsculas) tienen otra dimensión; Ud. ha pasado de ser Ud. exclusivamente a ser más cosas. Mientras Ud. esté, hablando con ella o leyendo, no le hará falta mirar al sillón vacío, porque Ud significa cuando estaba ocupado, y en el peor de los casos podrán comentar sobre su ausencia, como redes mutuas tendidas bajo el alambre.
No voy a cometer la torpeza de decirle que quiera a su madre un poco más; pero si pudiera, dedíquele un poco más de tiempo, sacándolo si hiciera falta, del trabajo, que la tienda no se arruinará por vender un gorrión más o menos.

lobezno dijo...

"Por tanto, el hombre dejará a su padre y madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Gén. 2:24; Mt. 19:5;Marcos 10:7,8; I Cor. 6:16; Ef. 5:31).

Tu Deber, tu Obligación es dedicarle los domingos por la tarde (y el resto del tiempo) a tu Marido (Amo y Señor; aunque lo sea por poderes y en grado de pesadilla). ¿Qué es eso de abandonarlo para irte con su suegra? ¡¡Eso y no el polvo sí es motivo de divorcio!!

Es broma. Sobre todo porque esta imagen de la tarde con tu madre, en la mezcla de amor, ternura y pérdida, me ha emocionado y hecho disfrutar de ti.

Beso.

gorrioncito dijo...

¡Gracias, gracias, my darling!
Es curioso, que os hayaís reunido aquí los dos (al calor de vuestra suegra); mi esposo de chufla y a mi otro esposo con el que sueño... Mis amos y señores, din duda.
Es lo que tiene ser polígama.

Y ahora me voy a ver a mamá, que hoy aquí es fiesta y es como si fuese Domingo.

El Rey del metro dijo...

Tu texto rezuma paz, recogimiento y una alegría contenida difícil de quererse expresa ni de gastar de la forma rotunda que merece para no expoliar el momento más intenso aún de saber que allí, con tu madre, en ese momento, con el roce de esos pequeños ruidos de papel, y la luz que haya en torno de lo que no hace alharaca, te predispone a seguir creyendo en ti y arriesgarte aún más a seguir siendo la que eres, una vez visto lo visto de lo que fuera dicen que hay, y es mentira: no lo hay: no existe; lo único que hay es lo que se lleva dentro y no se ve para resguardo de lo bueno que alimenta el ánimo y agradece el alma que la dejes quieta.

Pazinterna dijo...

Aún conservas esa bella inocencia de una niña que camina por el jardín de la vida, se embriaga con la fragancia de una rosa y se pincha con sus espinas. Gorrioncita; No cambies nunca, ni dejes de soñar, fluir, volar y amar, la herida se cura, la fragancia perdura.
Pazinterna.